El Museo del Prado recibe tres millones de visitas en 2011
- Detalles
- Publicado: Jueves, 17 Mayo 2012 10:12
- Escrito por Super Usuario
Tres millones de personas visitan El Prado.
El Museo posee unos fondos de 7.600 pinturas, que constituyen la mejor colección del mundo de arte de los siglos XV al XIX.
El Museo del Prado es la pinacoteca más visitada de España, con una afluencia en el 2011 de 2.911.767 de personas. La gran expectación que despierta se debe a que posee unos fondos de 8.600 pinturas, que constituyen la mejor colección del mundo de arte de los siglos XV al XIX. En sus más de cien salas se pueden contemplar obras de artistas universales, entre los que destacan los españoles Velázquez, Goya, Murillo, El Greco, Zurbarán... y de otros internacionales como Rembrandt, Rubens, El Bosco o Botticelli.
El Museo del Prado cerró 2011 con 2.911.767 visitantes, a los que se suman excepcionalmente los 863.957 visitantes que se registraron en las dos exposiciones de su programa Prado Internacional, celebradas en San Petersburgo (El Prado en el Hermitage, 25 de febrero-29 de mayo de 2011) y en Tokio (Goya. Luces y sombras, 22 de octubre de 2011-29 de enero de 2012). En términos comparativos con años anteriores, excluida la cifra correspondiente a las exposiciones celebradas en otros países, el Museo del Prado traspasa por primera vez la barrera de los 2.900.000 visitantes, tras haber consolidado los 2,7 millones de visitas anuales alcanzadas por primera vez a partir de su ampliación (octubre 2007) y que se han mantenido durante los tres períodos anuales anteriores transcurridos desde entonces 2008-2010.
En total e incluyendo las exposiciones organizadas por el Prado en San Petersburgo y en Tokio, la cifra de personas que han disfrutado de las colecciones y exposiciones del museo durante el año 2011 alcanza las 3.775.724.
De los 2.911.767 visitantes totales del museo, 919.584 visitaron las exposiciones temporales. La muestra El Hermitage en el Prado registró 600.000 visitas y fue la de mayor éxito. Fue inaugurada el 8 de noviembre y clausurada el 8 de abril, tras prórrogarse dos semanas.
Además de su colección permanente, numerosas exposiciones temporales se ofrecen en el Museo del Prado a lo largo de todo el año. Hasta el 17 de julio se puede visitar la exposición “Anibal Carracci. Venus, Adonis y Cupido”. Y del 28 de junio al 30 de octubre se abrirá al público la muestra “El Palacio del Rey Planeta. Felipe IV y el Palacio del Buen Retiro”, que constituirá, con 65 pinturas, la primera aproximación expositiva a los principales programas artísticos que decoraron el Palacio del Buen Retiro, construido durante el reinado de Felipe IV.
Isabel de Braganza, esposa de Fernando VII, fue la inspiradora de este museo madrileño, que ha visto ampliada su capacidad con la inauguración de la ampliación más significativa de sus casi doscientos años de existencia. Este programa de desarrollo ha incorporado al Prado distintos edificios de su entorno, como el Casón y el Salón de Reinos, últimos vestigios del antiguo Palacio del Buen Retiro. Rafael Moneo, uno de los más distinguidos arquitectos españoles, diseñó la ampliación que, respetando el antiguo edificio y las estructuras colindantes, une ya el Museo con un complejo formado por una construcción de nueva planta y el claustro restaurado de los Jerónimos. De ese modo se ganó espacio para salas de exposiciones temporales, un auditorio, talleres de restauración, cafetería, restaurante y oficinas. Con esta ampliación, el museo ha pasado a tener una superficie de 36.490 m2 útiles.
El Museo Nacional del Prado es una de las pinacotecas más prestigiosas del mundo. Además de “Las Meninas”, de Velázquez y de “Los fusilamientos del 3 de mayo”, de Goya, en sus amplísimas salas pueden verse obras maestras de las escuelas española, italiana y flamenca.
Con más de 21.600 obras de arte, el Museo del Prado ofrece un enorme recorrido por la historia de la pintura occidental, desde la Edad Media hasta el siglo XIX. La colección está formada por 7.600 pinturas, 1.000 esculturas, 4.800 estampas y más de 8.200 dibujos, además de un amplio número de objetos de artes decorativas y documentos históricos.
El Museo del Prado tiene la colección de pintura española más completa del mundo. El viaje puede comenzar en el siglo XI, delante de los murales mozárabes de la iglesia de San Baudelio, de Berlanga de Duero. A continuación, las obras de Bartolomé Bermejo, Pedro Berruguete, Juan de Juanes o Luis de Morales trazan el arco que va de la pintura gótica hispano-flamenca al Renacimiento. Las salas dedicadas a El Greco conservan pinturas valiosísimas del manierismo como “El caballero de la mano en el pecho” o “La Santísima Trinidad”.
El Siglo de Oro está ampliamente representado con obras de Ribera, Zurbarán y Murillo, que ayudan a comprender el contexto en el que surge la pintura de Velázquez, cuya cima más alta son “Las Meninas” y “Las Hilanderas”, también en el museo. A caballo entre el siglo XVIII y el siglo XIX, las salas de Goya muestran desde los cartones que hizo para la Real Fábrica de Tapices, a las pinturas negras con las que el artista cubrió los muros de su casa, La Quinta del Sordo. A partir de aquí es muy fácil comprender el Romanticismo español. Las últimas salas del recorrido están dedicadas a Sorolla, que a principios del siglo XX asimila los rasgos característicos de la escuela española, realismo y color, e introduce preocupaciones propias de la pintura moderna.
La pintura italiana es imprescindible para comprender el paso del arte medieval al Renacimiento y además resulta muy influyente en el arte barroco español. Del Quattrocento (siglo XV) destacan “La Anunciación”, de Fra Angelico, “El cofre con la historia de Nastagio degli Onesti”, de Botticelli, “La dormición de la Virgen”, de Mantegna, y “Cristo sostenido por un ángel”, de Antonello da Messina. Varias vírgenes de Rafael sirven para explicar el esplendor clasicista del Cinquecento (siglo XVI) y los cuadros de Tiziano, Tintoretto y Veronés, grandes personalidades de la escuela veneciana, son uno de los tesoros más preciados del Museo del Prado.
Los diferentes caminos del arte barroco italiano están claramente subrayados con obras de Caravaggio, Guido Reni y Annibale Carracci. La obra de Tiépolo, ya en el siglo XVIII, cierra un ciclo que comenzó en el Renacimiento, que vincula la pintura italiana al conflicto entre dramatismo y belleza.
La escuela flamenca está muy bien representada debido a la relación política de la monarquía española con Flandes. En el Museo del Prado se encuentran obras muy significativas de los maestros primitivos flamencos, como “El descendimiento de la cruz”, de Van der Weyden y “El Jardín de las Delicias”, de El Bosco, coleccionadas obsesivamente por Felipe II, y obras características del esplendor barroco de la Corte de Bruselas, con Rubens, la familia Brueghel, Jordaens y David Teniers encabezando la lista de los autores más abundantes en el Prado.
La pintura francesa, holandesa y alemana también tiene presencia en las colecciones del museo. Durero, Claudio de Lorena, Rembrandt o Watteau son algunas de las firmas que no podemos obviar. Aunque menos conocidas, las salas dedicadas a la escultura y a las artes decorativas son de gran interés. Cabe destacar la estatuaria romana, el Tesoro del Delfín (una vajilla heredada por Felipe V) y las obras de los Leoni encargadas por Felipe II y Carlos V.
El Museo del Prado va a cumplir dos siglos. El 19 de noviembre de 1819 abría sus puertas. Gracias al apoyo de Isabel de Braganza, esposa de Fernando VII, el edificio que Juan de Villanueva había diseñado como Gabinete de Historia Natural acogía una parte importante de las colecciones reales. Donaciones particulares y compras ampliaron los fondos. Durante la Guerra Civil las obras de arte se protegieron de los bombardeos con sacos de arena en la planta baja. Luego, por recomendación de la Sociedad de Naciones la colección viajó primero a Valencia y posteriormente a Ginebra, de donde tuvieron que regresar rápidamente a Madrid tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. El antiguo edificio de Villanueva aloja gran parte de las colecciones de pintura, escultura y artes decorativas. Otro de los edificios del museo es El Casón. antigua sala de baile del Palacio del Buen Retiro. Hoy este espacio aloja la biblioteca y la sala de lectura para investigadores.
El Museo del Prado es una visita obligada para los amantes del arte. / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
La Gioconda madrileña
El museo del Prado ya tiene su Gioconda. Y más atractiva y bella que la del Louvre de París, según las encuestas a pie de calle. Se trata del óleo sobre tabla de nogal perfectamente restaurado que representa una perfectísima copia del célebre cuadro de Leonardo da Vinci, la Gioconda. Es la más importante que jamás se ha visto. Según el estudio técnico y la restauración de la copia de la Gioconda (1503-16), patrocinado por la Fundación Iberdrola, la obra fue realizada en paralelo al retrato original de Leonardo conservado en el Museo del Louvre. Es la copia más antigua y la versión más importante del famoso retrato.
El paisaje recobrado es acorde con el cromatismo y las formas evanescentes de los escenarios de Leonardo. El análisis comparado de la obra original del Louvre y de la copia del Prado revela detalles idénticos, subyacentes a la pintura, que evidencian un proceso de elaboración paralelo. Las figuras son prácticamente iguales en dimensiones y formas, y cada una de las correcciones del dibujo subyacente del original se repiten en la obra del Prado: la transformación del contorno de la cintura, la posición de los dedos, el contorno del velo y el de la cabeza, incluso los perfiles de las mejillas y el cuello. El autor de la tabla del Prado dibujó los mismos elementos que Leonardo, incluidos los que ninguno de los dos pintaron posteriormente y que no son visibles en la superficie pictórica.
La Gioconda del Prado forma parte de las colecciones del Prado desde su fundación en 1819 y pudo estar ya en España en las primeras décadas del siglo XVII. Tras visitar a su homónima de París, vuelve a Madrid en junio con toda su belleza.