La Olmeda: Los romanos en Palencia

Mosaicos, retratos y necrópolis de los antiguos patricios romanos, conservados perfectamente desde hace dos milenios

El día 5 de julio del año 1968, en una tarde calurosa, el arado se atasca insistentemente con algún objeto superficial en unas tierras de labor, propiedad de Javier Cortes y ubicadas en el pago de La Olmeda, a unos minutos de Saldaña. Dispuesto a averiguar de qué se trata, comienza a profundizar alrededor del obstáculo con el fin de eliminarlo y despejar el terreno, labor que, casi cincuenta años después, aun continúa: El arado tropezó con un muro de piedra y un mosaico a partir de los cuales comienza a emerger un colosal palacio romano, no sin un arduo y constante trabajo de excavación arqueológica tutelada por nuestro Javier Cortés, el cual, en el año 1980, dona generosamente a la Diputación de Palencia los terrenos donde se ubica la villa romana de La Olmeda.

La Diputación de Palencia continúa la labor y el año 1984 los restos quedan protegidos por un edificio provisional que va ampliándose a medida que van apareciendo nuevos restos en la planta de la villa. Finalmente, en el año 2009, año en el que precisamente muere Javier Cortes, se inaugura un nuevo y definitivo edificio, ya con todas las comodidades para el visitante, tanto desde el punto de vista informativo, como en la facilidad de acceso para cualquier persona, sin dejar a un lado otros aspectos medioambientales referentes a temperatura y humedad constante que, no solo hacen muy agradable la estancia al visitante, sino que además ayudan a conservar la excavación in situ, aspecto éste en el que La Olmeda se erige actualmente en modelo y paradigma para otros muchos yacimientos arqueológicos similares esparcidos por el mundo.

Gracias a Pedro de Palol, primer director de las excavaciones y a José Antonio Abásolo, su sucesor, hoy podemos contemplar esta villa en la que cabe destacar el impresionante mosaico del salón de recepción de la casa. En él se representa la escena mitológica en la que Aquiles, disfrazado de mujer, es descubierto por Ulises en el gineceo de Lycomedes, rey de Skyros, tratando de evitar ir a la guerra de Troya donde un oráculo había profetizado su muerte. Probablemente se trata del mosaico más grande que se conserva del mundo romano y, desde luego, uno de los más perfectos de ejecución, con muchas teselas de apenas dos milímetros, lo que nos da una idea aproximada de su refinada ejecución, donde además se consiguen efectos de veladuras casi imposibles de realizar en mosaico. A su alrededor, a modo de orla, se conservan 14 retratos dentro de medallones que corresponden a los habitantes de la casa. Alegorías de las cuatro estaciones rematan las esquinas de esta orla y entre ellas destaca la que simboliza al Invierno, espléndida en su conservación, color y expresividad.

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Debajo de este enorme paño y sin solución de continuidad, se enmarca otro cuadro con diversas escenas de caza con leones, felinos, jabalíes, antílopes, osos y perros acompañados de los correspondientes cazadores, algunos de ellos a caballo y otros en trance de ser devorados por las fieras. Casi no es necesario apuntar nada acerca de la impresionante realización del trabajo. Sirva de pista decir que la gama de color abarcada por las teselas incluye más de cuarenta tonos diferentes, además de vidriados y dorados. A esto habría que añadir que tanto los pasillos de la mansión, así como 25 de las 36 habitaciones conservan también mosaicos, casi todos de tipo geométrico o vegetal, algunos verdaderamente sorprendentes por la utilización del color y el diseño. Pero es necesario decir que este conjunto tan imponente de mosaicos se pueden disfrutar gracias al no menos monumental trabajo de Domiciano Ríos, que maneja las teselas con la familiaridad de los propios artistas romanos, entre los que probablemente destacaría en todo menos en su latino nombre .

En la extensa planta rectangular de la villa quedan incluidas cuatro torres angulares, dos de planta octogonal en la fachada sur, termas y baños, despensas, habitaciones de diverso uso, patios interiores, conducciones de agua y calefacción y un sinfín de interesantísimo material arqueológico con lo que se completa esta inusual visita turística y cultural a uno de los enclaves más sobresalientes y mejor conservados del mundo romano en España.

En los alrededores del edificio se extienden tres necrópolis con más de setecientas tumbas, algunas de las cuales pertenecen tanto a épocas anteriores como posteriores a la existencia de la villa. Los hallazgos de interesantes y abundantes objetos en los ajuares funerarios crearon la necesidad de habilitar un espacio museístico en la propia villa de Saldaña, para lo cual se habilitó una de las iglesias de la localidad, concretamente la de San Pedro, donde se conservan perfectamente estos materiales.

TEXTO Y FOTOS: JESÚS HERRERO MARCOS / LOMEJOR.COM

DATOS:
• Villa romana de La Olmeda
• Villa rural del Bajo Imperio. (Finales del siglo I d C. al V )
• Palacio de 4400 m2 en planta y 1452 m2 de mosaicos
• Pedrosa de la Vega, Saldaña (Palencia)
• Declarada Bien de Interés Cultural desde el 14 de noviembre de 1994, por la Dir. Gral. de Patrimonio y Promoción Cultural del Ministerio de Cultura
• Declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica, el 3 de abril de 1996 por la Junta de Castilla y León.
• Distancia a Palencia 60 kilómetros.
• Distancia a Saldaña: 5 kilómetros.
• Distancia a Carrión de los Condes: 21 kilómetros.
• Información y horarios de visita: www.villaromanalaolmeda.com